Medicina Fetal de
Alto Riesgo
Se considera que un embarazo es de alto riesgo cuando existe algún factor materno o fetal que incremente la posibilidad de complicaciones para la madre, el feto o ambos. Las causas que provocan un embarazo de alto riesgo son muy variables y pueden ocurrir antes, durante o después de la gestación.
Entre los factores maternos se incluyen: edad materna de riesgo (menor de 20 o mayor de 35 años), que padezca alguna enfermedad desde antes de embarazarse (diabetes, hipertensión, obesidad, etc.), que haya tenido complicaciones en sus embarazo previos (hijos mayores de 4 kg o menores de 2.5 kg, prematuros, con malformaciones o enfermedades, hemorragias, etc.).
El ultrasonido es una herramienta invaluable en el control prenatal y es imprescindible su utilización. Nos ayuda a evaluar que el feto este vivo, si es único o múltiple, la posición de la placenta, que no existan malformaciones y que vaya creciendo de acuerdo a lo que le corresponde por la edad del embarazo y muchos otros datos de utilidad para el adecuado seguimiento. Existen ultrasonidos especializados, llamados de segundo nivel que nos aportan información extra acerca del embarazo, el primero se realiza entre las semanas 11 y 14 contando desde la última menstruación y nos ayuda a evaluar el riesgo que existe de que el bebe tenga enfermedades de sus cromosomas como síndrome de Down, de que haya más probabilidades de complicaciones del embarazo como parto pretérmino, preeclampsia o alteraciones de la función de la placenta. El otro estudio ultrasonográfico de especializado se realiza a la mitad del embarazo (alrededor de las 20 semanas), es el llamado ultrasonido estructural o morfológico y está enfocado en evaluar al feto de la cabeza a los pies para descartar cualquier malformación. Es importante mencionar que estos ultrasonidos deben realizarse a todas las embarazadas y no solo a las que tienen algún antecedente de riesgo, cuando estos están normales las posibilidades de complicaciones son muy bajas y por el contrario, si alguno de los estudios presenta alguna alteración nos ayuda a modificar el control prenatal enfocándonos a prevenir, tratar e incuso curar los problemas que se observan.
Finalmente es importante mencionar que siempre es mejor prevenir que tratar por lo que el planear un embarazo, tener hábitos de vida saludable desde antes del embarazo (dieta adecuada, ejercicio regular, evitar actividades de riesgo), tener un peso adecuado, tomar ácido fólico por lo menos 3 meses antes del embarazo y estar controlada de cualquier enfermedad que se padezca será las mejores estrategias para disminuir el riesgo de presentar complicaciones durante y después del embarazo.
Un buen control de la gestación resulta clave para evitar problemas mayores.